SANT
MATEU
Los
primeros indicios de población de Sant Mateu se remontan a
época prehistórica, aunque los yacimientos que se
conservan están bastantes deteriorados. El Abric de la
Bonansa, situado en el Barranc de la Bonansa, en la pared del
abrigo, muy afectada por coladas estalagmíticas, se hallan
una serie de signos que podrían interpretarse como signos
ibéricos.
A poco más de un
kilómetro de distancia se encuentra la Cova dels Ermitans,
de la que se tiene constancia de una necrópolis
prehistórica, a través de una noticia de M. Betí
Bonfill el 1919, aunque en la actualidad está vacía,
no encontrándose ningún sedimento, ni restos
arqueológicos.
En la Edad de Bronce solo
se conoce el fondo de una posible cabaña, de la que vemos
el perfil estratigráfico, gracias a las obras de la
carretera de Sant Mateu a la Jana.
Respecto a
época ibérica esta más documentado, aunque
no se ha excavado ningún yacimiento, están
inventariados varios yacimientos en el término municipal,
como el Boverot, el Tossal de Carruana, la Mare de Déu
dels Angles, la Bastida i els Molind, en su mayoría
alterados por labores agrícolas.
Con
motivo de la adecuación de las iglesias arciprestal y de
Sant Pere para albergar la exposición de la LLum de les
Imatges (2004), se realizaron varios sondeos arqueológicos
en ambas iglesias que dieron las siguientes conclusiones respecto
al posible origen del municipio:
§ En la
Iglesia de Sant Pere se documentó un silo y varios muros
asociados a materiales ibero-romanos, indicando la ocupación
de la parte alta de la localidad durante el cambio de era.
§
En el interior de la iglesia arciprestal se realizaron dos
sondeos arqueológicos donde aparecieron fragmentos de
Terra Sigillata Hispánica, correspondientes al período
romano imperial.
Así pues, parece claro
que los orígenes de la población fueran
iber-romanos (s. III-I a.c.) localizándose en la zona alta
de la población, el Pla de Sant Pere.
Los
orígenes más claros de Sant Mateu son medievales,
la primera regencia escrita es un documento en el que Alfonso II
de Aragón dona al capítulo catedralicio de Tortosa,
el término de Benifassar, y entre sus límites
aparece citado Sancto Matheo. Se desconoce si sus habitantes
serían árabes o mozárabes, éstos
ocuparían un reducido espacio ubicado en la parte alta de
la población conocido como la Suda, en torno a la Iglesia
de Sant Pere y estaba protegido por una muralla que seguiría
el perímetro de las actuales calles de la Fira, Cachano,
Bonaire y Sant Francesc.
A la vila de Sant Mateu
se le otorgó la Carta Puebla el 17 de Junio de 1237, en un
primer momento dependerá de la Orden del Hospital, hasta
el 31 de agosto de 1319 en que quedó bajo la jurisdicción
de la Orden de Caballería de Santa María de
Montesa.
Desde el punto de vista urbanístico
es durante el dominio hospitalario cuando se realiza la
reestructuración y expansión del primitivo núcleo
urbano existente. Este núcleo inicial mantenía la
muralla de época musulmana. Su hipotético perímetro
estaría delimitado por las calles de la Fira, Castaña,
Bonaire y Sant Francesc.
En el período
que se inicia con el dominio de los montesianos coincidió
con un crecimiento de la población tanto en el número
de habitantes como en el tamaño de la misma. Se
construyeron los arrabales y se le dotó de un nuevo centro
radicado en la plaza, que va tomando su fisonomía actual
ya que se construyen los pórticos, se derriban
construcciones que estaban en su interior y se coloca una fuente
en su centro, y de importantes construcciones de carácter
religioso y civil.
El periodo de los siglos XIV,
XV y XVI fue el momento de mayor esplendor, reflejado en aspectos
como: el dominio directo y residencia de los Maestres de la Orden
; el desarrollo económico, político, artístico,
demográfico; la participación de su población
en hechos históricos importantes; la visita de personajes
destacados y la construcción de un patrimonio monumental y
artístico.
De principios del s. XIV son
con toda probabilidad las murallas. También a mediados de
este siglo se construyen “les presons”, el horno
gótico o Forn Nou y la Plaza Mayor , que aún no
estaba porticada; la fuente de Santa María en el Pla de la
Mare de Déu de la Font y la del Ángel, en la Plaza
Mayor. En este siglo comienza también la construcción
de la Iglesia Arciprestal. De este modo la población va
extendiéndose en el llano, en el s. XV se construye el
Ayuntamiento o Cort Nova, el Palacio Gótico de la
Audiencia, la torre campanario de la Arciprestal y varias casas
palacio.
El siglo XVI significa el principio del
fin del poder señorial en Sant Mateu y el comienzo de la
decadencia de la población. Destacando los siguientes
hechos:
§ El inicio de la construcción
de la Ermita de la Virgen de los Angels y su hospedería
anexa.
§ A partir de 1590 se comienza a
construir el conjunto del convento de las Monjas Agustinas que se
finaliza en los primeros años del siglo XVIII con la
iglesia.
§ El Palacio del Marqués de
Villores.
Del siglo XVIII conservamos el plano
de Sant Mateu de 1773 del cual se pueden extraer algunas
conclusiones.
Durante el siglo XIX, los
conflictos bélicos que se sucedieron, la Guerra de la
Independencia y la Primera Guerra Carlista , provocaron la
desaparición de gran parte de los fragmentos de muralla
conservados hasta el momento. Algunos tramos sirvieron de paredes
de viviendas, otros sectores fueron derribados para ganar espacio
edificable y las ruinas fueron aprovechadas para levantar nuevos
arrabales.
La calle Bonaire , donde se sitúa
las edificaciones de esta casa rural Calaceit, se ha denominado
así desde el siglo XIV en base a la documentación
conservada de los años 1379, 1421 y 1795-1799. Hay una
paréntesis entre los años del período
republicano (1931-1938) en que se denomina C/ García
Hernández y después en la época franquista
en que se le llama C/ General Sanjurjo. Finalmente en el año
1982, al igual que otras calles, recupera su nombre original.
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